Presentación

 



Este boletín digital nace en formato de blog como lógico corolario de 'Foro de Muertos', novela de Toni Rumbau recién publicada por Thot Arts. Aunque ocupe su lugar propio en el  conglomerado de blogs del autor, constituye en realidad un caso aparte, fruto de los encuentros propiciados por los dramáticos acontecimientos ocurridos en julio del 2005 en Barcelona. Unos hechos narrados por la novela pero que de algún modo se han alargado en el tiempo hasta el día de hoy, como nos lo viene recordando el mismo Julià Sotaterra en sus textos aquí publicados.

La admiración que siente el difunto por el periodismo serio y de verdad, y tomando siempre a La Vanguardia como modelo de diario imposible de emular pero al que siempre debemos imitar en sus cosas buenas, ha considerado imprescindible incorporar una sección de Cartas al Director, no sólo para los residentes del cementerio que quieran expresar sus quejas y opiniones, sino abierta a toda la ciudadanía viva de Barcelona.

Lo Full, sin embargo, es más que un blog. Es una revista de muertos, es verdad, pero sus dosis de vitalidad son tan altas como bajas son las constantes vitales de sus protagonistas. Lo que no es ningún impedimento a la excelencia de sus redactados. Lo cortés no quita lo valiente, dice el vivo, y la muerte no nos saca las ganas de vivir, dice el muerto.

Como se indica en la novela, en referencia al caso del muerto Julià, 'sus ganas de vivir eran sin duda una de las razones principales de su estar vivo, pero no la única. El mismo Julià pensaba que ese afán de los muertos en mantenerse en activo y en contacto con los vivos, era un fenómeno moderno, propio de nuestra época consumista y hedonista, tan diferente de las edades religiosas. Consideraba que antes los que morían sabían muy bien a dónde ir, cada uno con sus destinos de cielo, paraíso, infierno o purgatorio, diferentes según las creencias, pero bien ordenados y definidos, con sus jerarquías, planos de elevación y planos de descenso. Hoy en cambio, la gente normal desconoce estos destinos, lo que explica que al morir se queden en babia, sin saber adónde ir, más cerca por tanto de los vivos, al haberse recortado la distancia que separa a unos de los otros. La ley que prohíbe la comunicación entre los dos mundos, a pesar del enorme peso de la inercia que la sostiene, tiende a reducir sus efectos, lo que permite en algunos casos transgredirla. Esto es lo que pensaba Julià, aplicando su caso a estas nuevas circunstancias.'

Raro e inusual, pensará el asombrado lector. Y, sin embargo, son los hechos los que nos han obligado a tratar determinados aspectos de la realidad no siempre amables con la razón común. Como dice Julià: 'No es necesario insistir ni cansar a nadie con demasiadas aclaraciones. Las cosas son como son, sin que jamás se haya visto a la realidad pedir permiso para ser como es. Apañados estaríamos nosotros, y la realidad, si las cosas no fueran así'


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