martes, 6 de agosto de 2019

Mi blog, por Julià Sotaterra.


Cementerio del Poble Nou, Barcelona.

(versió en català)

Me llamo Julià Sotaterra y es un honor para mi iniciar este blog nacido entre mis colegas del cementerio y propiciado por el titiritero Toni Rumbau, experto en estas materias. Soy, en efecto, y como se indica en la portada, un muerto del cementerio del Este o del Poble Nou, el más antiguo de Barcelona. Creo que ya va siendo hora que los difuntos de la ciudad reivindiquemos nuestras aportaciones al bien común de la ciudadanía barcelonesa. No sólo por las labores pasadas sino por las presentes y por las futuras, al ser nuestra dependencia del calendario relativa.

Son muchas las cosas que podemos aportar a la ciudadanía viva de nuestra ciudad, y sería una pena ignorarlas. Es ya bastante evidente hoy en día que una ciudad es el fruto del aporte de sus habitantes vivos y muertos. Los unos aportan acción, los otros sostén y sentido de la realidad, es decir, sentido común. 

¡Qué decir sobre Lo Full! De entrada, nuestro boletín es sin lugar a dudas el más antiguo, y creo que también el más activo, de los publicados en los cementerios del mundo. Arriesgada afirmación, pues siempre hay sorpresas inesperadas, pero en todo caso, sí de los que han llegado a nuestras manos. Empezó a salir hace años, cuando encontramos los primeros resquicios en el tejido urbano de Barcelona. Se vendió durante un tiempo en el viejo Teatro Malic, siempre a precios módicos, allá por los años noventa, aunque entonces lo llamamos ‘La revista del espectador anónimo’. Demasiado arriesgado revelar su origen, aunque yo ya solía firmar con mi nombre algunos artículos. 

Algunas portadas de los primeros Lo Full.
Hoy, por suerte, el mundo está más maduro y evolucionado, y a nadie le extraña ni parece importarle un bledo que los muertos hablen y se paseen entre los vivos. Tachados como una extravagancia más en el mercado mundial de las extravagancias, los difuntos que nos hemos tomado la licencia de estar vivos podemos salir a la calle sin peligro alguno: mientras guardemos cierto decoro, discreción y educado talante, y, lo más importante, mientras paguemos nuestras consumiciones como dios manda, nadie nos dirá nada. 

Pero qué duda cabe que algo cambió para siempre tras el gran encuentro de muertos celebrado en Barcelona en julio de 2005: lo que unos llamaron la Intercronomaquía y otros la Asamblea, fue un antes y un después, un punto y aparte que nos liberó de resquemores y complejos. Para saber sobre este encuentro, les invito a leer la novela que ha escrito Toni Rumbau y que ha publicado Thot Arts con el título de FORO DE MUERTOS. Un acierto del autor ha sido presentar los dramáticos hechos acontecidos aquel verano bajo formato de novela, pues sabido es como la ficción autoriza y da licencia a lo aparentemente imposible.

No quiero anticiparme y mejor es dejar que las verdades se impongan por su propio peso. Los hechos son los hechos, y por mucho que se quieran negar, ahí están y ahí quedan para los que están dispuestos y son capaces de verlos.

Regresemos a Lo Full y a este blog, que considero un gran avance. ¡Se acabó la época del papel, siempre tan escaso en el cementerio! ¡Cuántos problemas nos habríamos ahorrado si hubiéramos contado antes con esta maravillosa herramienta! La técnica es hoy una maravilla que también los muertos queremos aprovechar. No en demasía, todo hay que decirlo. La razón es clara: los ordenadores y lo que se llama Inteligencia Artificial es hoy lo más parecido a vivir en los ámbitos y los confines de la muerte. Y como comprenderá el lector, a nosotros, los muertos, nos seduce más estar en lo vivo que en lo difunto, por muy vivo que esté. De ahí nuestro alejamiento de la tecnología, que rehuimos por motivos de salud vital. Pero eso no significa que no la valoremos ni neguemos sus virtudes, sobre todo cuando nos ahorran el papel y sus logísticas. 

Bienvenido sea pues este blog monumental aunque discreto, situado como está en lo que podríamos llamar un grado cero de existencia. Con él vamos a expresarnos los cuatro poetas del cementerio -algunos muy buenos versificadores- y los que tenemos ganas de contar cosas. Y abierto a la voz de los vivos, no hay que decirlo.

Sería injusto terminar esta primera intervención sin mencionar al general de la logística que es el señor Llongueras, que en paz descanse, mi secretario en tantas labores de la Ultratumba y encargado de la distribución y de la composición ejecutiva del Boletín. Un mérito que un día la ciudad de Barcelona deberá reconocerle, otorgándole algún título honorífico y quizás una estatua en alguna plaza de algún barrio de la ciudad. Sin él, Lo Full no sería Lo Full, sino una Hoja cualquiera, de las que nacen, están y mueren sin ton ni son. ¡Mi brindis, pues, por el señor Llongueras y por sus cuatro colegas del cementerio, redactores todos de Lo Full!

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