Me llamo Julià Sotaterra y es un honor para mi iniciar este
blog nacido entre mis colegas del cementerio y propiciado por el titiritero
Toni Rumbau, experto en estas materias. Soy, en efecto, y como se indica en la
portada, un muerto del cementerio del Este o del Poble Nou, el más antiguo de
Barcelona. Creo que ya va siendo hora que los difuntos de la ciudad
reivindiquemos nuestras aportaciones al bien común de la ciudadanía
barcelonesa. No sólo por las labores pasadas sino por las presentes y por
las futuras, al ser nuestra dependencia del calendario relativa.
Son muchas las cosas que podemos aportar a la ciudadanía viva de nuestra ciudad, y sería una pena ignorarlas. Es ya bastante evidente hoy en día que una ciudad es el fruto del aporte de sus habitantes vivos y muertos. Los unos aportan acción, los otros sostén y sentido de la realidad, es decir, sentido común.
¡Qué decir sobre Lo Full! De entrada, nuestro boletín es sin
lugar a dudas el más antiguo, y creo que también el más activo, de los publicados
en los cementerios del mundo. Arriesgada afirmación, pues siempre hay sorpresas
inesperadas, pero en todo caso, sí de los que han llegado a nuestras manos. Empezó
a salir hace años, cuando encontramos los primeros resquicios en el tejido
urbano de Barcelona. Se vendió durante un tiempo en el viejo Teatro Malic,
siempre a precios módicos, allá por los años noventa, aunque entonces lo
llamamos ‘La revista del espectador anónimo’. Demasiado arriesgado revelar su
origen, aunque yo ya solía firmar con mi nombre algunos artículos.
Algunas portadas de los primeros Lo Full. |
Hoy, por suerte, el mundo está más maduro y evolucionado, y
a nadie le extraña ni parece importarle un bledo que los muertos hablen y se paseen
entre los vivos. Tachados como una extravagancia más en el mercado mundial de
las extravagancias, los difuntos que nos hemos tomado la licencia de estar
vivos podemos salir a la calle sin peligro alguno: mientras guardemos cierto
decoro, discreción y educado talante, y, lo más importante, mientras
paguemos nuestras consumiciones como dios manda, nadie nos dirá nada.
Pero qué duda cabe que algo cambió para siempre tras el gran
encuentro de muertos celebrado en Barcelona en julio de 2005: lo que unos
llamaron la Intercronomaquía y otros la Asamblea, fue un antes y un después, un
punto y aparte que nos liberó de resquemores y complejos. Para saber sobre este
encuentro, les invito a leer la novela que ha escrito Toni Rumbau y que ha publicado Thot Arts con el título de FORO DE MUERTOS. Un acierto del autor ha
sido presentar los dramáticos hechos acontecidos aquel verano bajo formato de
novela, pues sabido es como la ficción autoriza y da licencia a lo aparentemente imposible.
No quiero anticiparme y mejor es dejar que las verdades se
impongan por su propio peso. Los hechos son los hechos, y por mucho que se
quieran negar, ahí están y ahí quedan para los que están dispuestos y son
capaces de verlos.
Regresemos a Lo Full y a este blog, que considero un gran
avance. ¡Se acabó la época del papel, siempre tan escaso en el cementerio!
¡Cuántos problemas nos habríamos ahorrado si hubiéramos contado antes con esta
maravillosa herramienta! La técnica es hoy una maravilla que también los muertos
queremos aprovechar. No en demasía, todo hay que decirlo. La razón es clara:
los ordenadores y lo que se llama Inteligencia Artificial es hoy lo más parecido
a vivir en los ámbitos y los confines de la muerte. Y como comprenderá el
lector, a nosotros, los muertos, nos seduce más estar en lo vivo que en lo
difunto, por muy vivo que esté. De ahí nuestro alejamiento de la tecnología,
que rehuimos por motivos de salud vital. Pero eso no significa que no la
valoremos ni neguemos sus virtudes, sobre todo cuando nos ahorran el papel y
sus logísticas.
Bienvenido sea pues este blog monumental aunque discreto,
situado como está en lo que podríamos llamar un grado cero de existencia. Con
él vamos a expresarnos los cuatro poetas del cementerio -algunos muy buenos
versificadores- y los que tenemos ganas de contar cosas. Y abierto a la voz de los vivos, no hay que decirlo.
Sería injusto terminar esta primera intervención sin mencionar al general de la logística que es el señor Llongueras, que en paz descanse, mi secretario en tantas labores de la Ultratumba y encargado de la distribución y de la composición ejecutiva del Boletín. Un mérito que un día la ciudad de Barcelona deberá reconocerle, otorgándole algún título honorífico y quizás una estatua en alguna plaza de algún barrio de la ciudad. Sin él, Lo Full no sería Lo Full, sino una Hoja cualquiera, de las que nacen, están y mueren sin ton ni son. ¡Mi brindis, pues, por el señor Llongueras y por sus cuatro colegas del cementerio, redactores todos de Lo Full!
Sería injusto terminar esta primera intervención sin mencionar al general de la logística que es el señor Llongueras, que en paz descanse, mi secretario en tantas labores de la Ultratumba y encargado de la distribución y de la composición ejecutiva del Boletín. Un mérito que un día la ciudad de Barcelona deberá reconocerle, otorgándole algún título honorífico y quizás una estatua en alguna plaza de algún barrio de la ciudad. Sin él, Lo Full no sería Lo Full, sino una Hoja cualquiera, de las que nacen, están y mueren sin ton ni son. ¡Mi brindis, pues, por el señor Llongueras y por sus cuatro colegas del cementerio, redactores todos de Lo Full!
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario